¿Por
qué el MOVADEF es hoy un organismo significativamente peligroso para la
sociedad? ¿Qué circunstancias han operado en el pasado reciente para que este
grupo, de modo sorprendente para quienes vivimos la tragedia peruana de los
80’s y 90’s, con inusitada libertad y desparpajo cuestione nuestra memoria,
expanda la predica del odio como si nada hubiera pasado? ¿Por qué nos sorprende
que a veinte años de haber sido capturado Abimael Guzmán, el cabecilla del
grupo terrorista “Sendero Luminoso”, terroristas que sistemáticamente violaron los
derechos humanos de millones de peruanos, el MOVADEF exijan su excarcelación,
invocando una suerte de amnesia sin consideración alguna por todos los que
sufrimos aquellos años, especialmente sin respeto alguno por los deudos de su
odio?
Hay
algo que en estos veinte años no se hizo o se hizo mal. Un organismo civil que
desafía nuestra capacidad de indignación y se ha colocado en el escenario
político provocando incluso la renuncia del embajador Lynch en Argentina, no
podría operar así si no fuera porque el Estado peruano, las instancias
democráticas y en general, la comunidad política peruana no han logrado aún
establecer la armonía social al tiempo que generar condiciones para la justa
apropiación de la historia reciente. Estos procesos ni se han desplegado ni se
han interrelacionado de modo suficiente en nuestro contexto.