martes, 3 de enero de 2012

"Sociedad Civil", una promesa moderna.

Hace unos años, antes de que se publicara Caritas in Veritate, escribí un artículo para la revista Testimonio. Ahora me parece oportuno recordar estas ideas, y confrontarlas con el presente, evaluarlas a la luz del tiempo transcurrido. En ese entonces tenía una percepción muy optimista de la sociedad civil, como elemento dinamizador del desarrollo que los pueblos quisiera elegir para ellos mismos. Hoy, en la secuencia democrática que va de Toledo a Humala, y en la medida en que observo cómo van separadas las cuestiones económicas y políticas, creo que es necesario pensar otra vez en la llamada "Sociedad Civil". A continuación el texto que escribí.

domingo, 1 de enero de 2012

En la Fiesta de María, Theotokos

Θεοτόκος του Βλαντιμίρ
Escribir sobre Dios es tan peligroso como escribir sobre uno mismo: uno no sólo exagera, sino que generalmente -sino siempre - se equivoca. Lo divino traducido en palabras se pierde y se hace poca cosa, se hace tan esquivo como el primer amor. Si uno quiere que salgan rosas, salen sí, pero marchitas, y la piel se agrieta en la medida en que lo divino se va pareciendo más a uno mismo. En realidad, hablar de cosas espirituales no es un buen camino para hablar, pues uno termina hablando de uno mismo, de lo que debería, soñaría, desearía ser uno mismo.
Y sin embargo, Dios está en uno mismo. El ser, la misteriosa forma que tiene la verdad última de la vida, reposa en la también  misteriosa realidad que uno mismo es. Pero, no se llega a esta verdad sino se ha sufrido. No puedo transmitir con palabras la experiencia del encuentro con Dios. Ni si quiera, se puede hablar, por ahora, de un encuentro con Dios. Me temo que es algo de lo que no se puede hablar. Sólo se puede ser. Y ahí donde se es, las palabras están sobrando.